Cuencanos expresaron su amor a  Cristo en el Septenario eucarístico
Radio Católica Cuenca

Cuencanos expresaron su amor a Cristo en el Septenario eucarístico

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Con profunda fe, Cuenca baja el telón de la fiesta más dulce del Corazón de Jesús, la solemnidad del Corpus Christi. Siete días de homenaje a Jesús Sacramentado.

Como preámbulo del Septenario eucarístico, el jueves 19 de junio se llevó a cabo en la Iglesia de San Sebastián, la Hora Santa, un espacio para la adoración al Santísimo en la que participaron miembros de movimientos laicales. Luego se desarrolló la procesión por la calle Sucre con la presencia de miles de fieles que llevaron flores, perfume y faroles.
En varios trayectos de la calle, las familias aguardaron el paso del Santísimo con pequeños altares adornados con cortinas, tules, flores y cuadros de Jesús en diversas advocaciones.
En hombros de sus fieles, el Santísimo ingresó a la Catedral, donde a su llegada le recibió una cascada de luces y pétalos de flores. Antes, una alfombra floral le esperaba en el camino. A su ingreso al templo, una lluvia de aplausos dio la bienvenida al Santísimo. La Eucaristía en este pregón festivo fue presidida por Mons. Marcos Pérez, Arzobispo de Cuenca. En la misma se celebró el Jubileo de los Movimientos Apostólicos de Cuenca.
En la homilía Monseñor destacó la fe del pueblo cuencano puesta de manifiesto a lo largo de su historia. “Cuenca nació como ciudad eucarística y mariana. La presencia de Jesús y de María están en el corazón del pueblo. Cuenca camina a lo largo de todo el año movida por el año litúrgico. Mueve la fe, las tradiciones, la vida social. La fiesta del Corpus Christi tiene como centro a Jesús, donde aparecen los dulces, castillos, cohetes, las bandas de pueblo. Si decimos que lo bueno que hacemos está iluminado por la fe, debemos reconocer en estos eventos que Jesús es Pan de vida, alimento de vida eterna y que ese alimento nos invita a ser menos egoístas, a no ser mezquino y a compartir el alimento diario. Esos dulces nos invitan a endulzar la vida y a compartir el alimento diario. La banda nos recuerda la alegría que no puede faltar en el corazón de un cristiano. La pirotecnia con sus luces de colores, nos dice que Jesús es luz del mundo y que ha venido a iluminar el corazón de cada creyente”.
Cada día del septenario se realizaron cinco eucaristías, con la participación de sacerdotes de diferentes parroquias, unidades educativas y movimientos laicales. En las noches participaron como priostes, empresas públicas y privadas, artesanos, comerciantes y familias de fieles.
En este año el tema de reflexión del septenario fue “Peregrinos de Esperanza”. Cerca de 100 mil personas participaron en los siete días de celebración religiosa.

Leonor Peña Cueva

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