2025-04-01

Para la comunidad de Santa Ana, el sábado 22 de marzo fue un día de fiesta, pero no de una fiesta cualquiera. En esta parroquia rural de Cuenca, hace un poco más de un siglo que no se había celebrado la ordenación sacerdotal de un hijo de esta tierra.
Por eso era tan grande la alegría. La actividad principal de la fiesta fue la Eucaristía. A la misma fue invitado todo el pueblo santanense. A las 19:00 la iglesia estaba repleta. La nave central. Los pasillos laterales y hasta el graderío que lleva al coro estaban ocupados por familias enteras. Adrián Chiqui iba a presidir su primera eucaristía.
Las campanas de la iglesia repicaban, anunciando el inicio de la celebración festiva.
Adrián Isidro Chiqui Montenegro, había sido ordenado presbítero, tres días antes, en la Catedral de Cuenca, en una ceremonia en la que también fueron ungidos como sacerdotes de la Arquidiócesis Fabricio Dávila, Marcelo Lucero y Jaime Portillo.
La ceremonia religiosa tomó más de dos horas, concelebraron el párroco Cléver Pañi, el P. Marco Matamoros, expárroco de la localidad, P. Vinicio Urdiales, Rector del Seminario mayor San León Magno y P. Fabricio Dávila con quien Adrián Chiqui compartió sus ocho años de formación en el seminario.
Como estila el protocolo religioso, el nobel presbítero ingresó al templo al final del cortejo, detrás de sus familiares cercanos. Vestía una camisa y pantalón negro. Ya cerca del altar mayor, se detuvo para dejarse vestir con los ornamentos propios de un presbítero: alba, síngulo, estola y casulla.
Al final de la celebración religiosa el pueblo se hizo presente con obsequios y felicitaciones.
Su padrino, el también sacerdote Roberto Gallardo, ofreció como muestra de alegría por este acontecimiento un espectáculo de danza, para lo cual trajo desde la ciudad de Quito, a la agrupación Ballet folklórico Tierra viva.
En la plaza central, sus familiares, amigos y miembros de la comunidad disfrutaban de la representación folklórica. En tanto que se compartía horchata caliente y pan, para pasar el frío de la noche.
Cerca de la media noche los presentes disfrutaron de un ágape fraterno.
Mariana Montenegro su madre, desde la primera fila de la iglesia celebraba con orgullo y felicidad este acontecimiento. Recuerda cómo nació la vocación en su hijo, que dese pequeño soñaba con ser sacerdote.
Un recuerdo muy especial le dio Mariana Montenegro a su hijo cuando inició su formación.
Ahora que el nuevo presbítero inicia su camino pastoral su madre pide orar mucho por él.
El P. Chiqui tiene palabras de gratitud y cariño para su familia, su comunidad y todos los sacerdotes que han guiado su camino. En la homilía, el P. Roberto Gallardo reflexionó sobre la urgencia de permanecer unidos con Cristo en la oración para vencer las adversidades que se presentarán en el camino.
Desde la Arquidiócesis de Cuenca se dispuso que el padre Adrián sirva como vicario parroquial en Santa Isabel.

Leonor Peña Cueva